Cuando Microsoft y la Unión Europea acordaron incluír una pantalla para elegir el navegador por defecto de Windows 7, con el objetivo de terminar con el monopolio de Internet Explorer en el sistema operativo, la competencia reaccionó con mezclas de júbilo y cautela. Estas se transformaron en críticas al descubrir que la forma de implementarla sería completamente ineficaz.
Los principales reclamos eran que la ballot screen utilizaba terminología compleja, no educaba al usuario sobre la importancia de la decisión y, lo peor de todo, corría sobre IE. A poco más de diez días para que se lance el sucesor de Vista, la compañía de Redmond modificó el sistema de selección para lograr la aprobación definitiva. Los cambios incluyen:
Un texto introductorio para explicar qué es un browser*, ya que no todos los internautas lo saben con claridad.
Organizar las opciones en forma alfabética, por la inicial del fabricante (Firefox sale perdiendo). Los cinco principales serán mostradas primero, mientras que otras siete alternativas aparecerán a continuación.
Detalles sobre cada producto y vínculos para más información, proporcionando elementos suficientes para decidir.
Desanclar Explorer de la barra de tareas y brindar detalles para añadir la opción elegida en ese espacio.
El compromiso de ofrecer este servicio durante cinco años.
La herramienta se ofrecerá a través de Windows Update a quienes posean Windows XP, Vista y 7 en Europa, lo cual en principio da lugar a dudas sobre su efectiva difusión, ya que cualquiera puede desactivar las actualizaciones automáticas. Sin embargo, la empresa aclara que utilizará este mecanismo para que los fabricantes no deban instalar programas adicionales.
Ahora, las partes interesadas tendrán un mes para dar sus opiniones sobre la propuesta, que en realidad no modifica sustancialmente la idea anterior. Quedará ver si la competencia continúa en su postura o acepta el cambio, arribando al final de esta larga novela.