Uno de los grandes males que aqueja a nuestra vida laboral está relacionado con el bloqueo de páginas. Muchas veces, el departamento de IT de nuestro trabajo bloquea determinado contenido para que no podamos accederlo. Así que durante horas laborales, nos quedamos sin Facebook, sin streaming de música o videos, y muchas cosas más. Algunas de estas decisiones son completamente arbitrarias, así que el bloqueo de contenidos durante horario laboral es un tema delicado. ¿Debe suceder, o tenemos que tener acceso libre a la web? Yo soy partidaria de esta segunda opción, con sus reservas, obviamente.

Tiene sentido

Primero hablemos de qué tiene sentido a la hora de imponer restricciones. Como dije, muchas veces las compañías bloquean sitios de forma arbitraria, pero no siempre es el caso.

  • Servicios de streaming: cuando compartimos una red con otras personas, estamos también compartiendo el ancho de banda. Esto es significativo porque si consumimos muchos recursos con el streaming, estaremos perjudicando a nuestros compañeros. Ahora bien, si se va a bloquear, se tiene que hacer con un criterio: bloquear Spotify pero no bloquear Grooveshark –lo mismo con Last.fm, que tiene el infortunio de tener “fm” en su URL- no tiene sentido.

  • Contenido inapropiado: aunque es obvio que no nos vamos a poner a ver pornografía durante las horas laborales, hay gente para todo. El contenido inapropiado tiene justos motivos para ser bloqueado. Si lo quieres mirar, hazlo desde tu computadora personal y en tu propio tiempo –y privacidad-.

  • Sitios de juegos online: otro gran problema está en los juegos online. Varios sitios nos ofrecen juegos arcade para perder el tiempo –recordemos cómo se perdió la productividad un día en que Google hizo su doodle basado en PacMan-. Además de consumir recursos, también distraen al personal, algo debatible pero que, al final del día, tiene sentido.

No tiene sentido

Ahora bien, los bloqueos no siempre se realizan con criterio. A veces simplemente se toman direcciones en masa y se las bloquean simplemente por alguna sospecha, o porque parece ser la decisión adecuada. Creo que, si nuestros empleados quieren perder el tiempo, lo harán. Y tampoco está mal que lo hagan, siempre y cuando cumplan con las tareas que tienen asignadas. Pero bueno, esas son filosofías de trabajo que no todos pueden compartir.

  • Sitios de noticias: me parece absurdo bloquear sitios de noticias. Sobre todo porque casi nunca se hace con un criterio específico –por ejemplo, se bloquean sitios de noticias pero no lectores de RSS que pueden levantar esos mismos artículos, o viceversa-. Si una persona quiere leer las noticias, lo hará: puede hacerlo desde el móvil, se puede comprar un diario en papel, puede ir, en todo caso, a una sala común a mirar las noticias por televisión. Es mucho más rápido si puede verlas fácilmente desde su computadora.

  • Sitios de deportes: lo mismo es válido para los sitios de deportes. Una cosa es mirar rápidamente un resultado del partido de ayer, y otra cosa es, quizás, apostar a caballos en nuestro horario laboral. Lo más probable es que muy pocas personas entren en este segundo grupo. Todo depende del tiempo que se consuma haciéndolo, y depende de la responsabilidad de cada uno.

  • Páginas personales: otra pequeña joya del comportamiento de bloqueo es prohibir la entrada  a páginas personales, como por ejemplo el portfolio online de un diseñador. Algunas compañías se fijan si estamos entrando demasiado seguido y las bloquean en caso de que así sea –ha sucedido. No importa si no estamos dedicando el tiempo del trabajo a nuestros intereses personales, no se tiene en cuenta. Esto es completamente arbitrario.

Las redes sociales

Separo este apartado para un tema un tanto “controversial”. Por un lado están las personas que dicen que el acceso completo a las redes sociales durante el horario laboral es una pérdida de tiempo. Por otro lado están los que dicen que mirar fotos de gatitos en internet nos hace más productivos y nos motiva. Quizás nos tenemos que situar en un punto intermedio: las redes sociales pueden ser una distracción pero no tiene por qué ser tan dramático.

Me ha pasado en varias oportunidades tener que pelear para que me habiliten el uso de Twitter y YouTube en mi computadora laboral. ¡Y soy Community Manager! No quiero imaginar lo que debe ser para personas que no necesitan de las redes sociales para trabajar.

Al final del día, depende de la persona que esté detrás de la pantalla. Si tenemos un empleado que pasa todas las horas del día mirando nimiedades en Facebook, lo hará con otras cosas si se lo bloqueamos. Porque básicamente no tiene ganas de estar ahí. Un empleado que revisa esporádicamente Facebook o Twitter, y al mismo tiempo cumple con todas sus tareas, es otra cosa. La gran mayoría de las personas son así. No estamos completamente pendientes de lo que sucede en redes sociales.

Conclusión

He trabajo en lugares donde hasta han bloqueado el correo electrónico que no sea de la compañía. ¿Qué tanto daño puede hacer tener Gmail abierto? La flexibilidad es muy importante para tener un equipo de trabajo contento. Tampoco una flexibilidad extrema, obvio.

A la hora de bloquear, que no debería ser tan necesario como pensamos, es importante tener:

Criterio Investigación Confianza en nuestros empleados Flexibilidad

Con estos ingredientes, podemos estar seguros de que nadie va a estar perdiendo el tiempo, sin tener que ser injustos con todos.

Foto por Neutex en DeviantArt

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