Convertirse en un gigante de Internet tiene sus riesgos y las demandas e investigaciones están entre ellos. Google, al igual que pasó con Microsoft en su tiempo, está siendo mirada con lupa, tanto en Estados Unidos como en Europa, por supuestas prácticas monopolísticas que estarían desplazando a su competencia. En Estados Unidos, la FTC inició una investigación que se sumó a la que abrió el Senado de dicho país; en Europa, tanto algunos países como la Comisión Europea investigan a Google por monopolio, investigaciones que, según ha trascendido, sumarían ya nueve procesos en la Comisión.

Poniéndonos un poco en situación, la Comisión Europea abrió una investigación a Google en noviembre del año pasado a raíz de la acusación de tres compañías que afirmaban que Google perjudicaba a sus sitios web en los resultados de su buscador, básicamente, porque ofrecían servicios rivales a Google. La situación empeoró cuando Microsoft, en marzo, entró en escena y también se sumó a la acusación de que Google perjudicaba en los resultados a las empresas rivales.

Según parece, nueve serían ya las quejas que Google sumaría ya en Europa y que estarían siendo investigadas por la Comisión Europea, todas ellas por monopolio. Lo curioso de todo esto es que la cifra viene dada por un par de filtraciones porque, hasta la fecha, oficialmente la Comisión habría confirmado la existencia de solamente cuatro procesos. De confirmarse estos datos que se han filtrado, según parece, por dos fuentes distintas, Google estaría en una complicada situación que le obligaría a pactar con los reguladores europeos una salida que satisficiese a todas las partes o enfrentarse a una sanción económica bastante elevada. La Comisión Europea no ha confirmado nada al respecto, sin embargo, una de estas fuentes (que permanece en el anonimato) señaló que:

La Comisión tiene nueve quejas formales en la actualidad. Las nuevas quejas proceden de compañías pequeñas

La segunda fuente de las filtraciones, que tampoco ha salido del anonimato, precisó que de estas cinco nuevas quejas, tres procederían de reguladores nacionales (que habrían trasladado el caso a la Comisión) y las otras dos sí que serían totalmente nuevas.

¿Y en qué podría derivar todo este proceso? La Comisión Europea puede imponer sanciones a las compañías que infringen las normas comunitarias sobre competencia con hasta un 10% de sus resultados globales, una cantidad nada despreciable, sobre todo, si tenemos en cuenta los ingresos de Google.

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