Smartphones y tabletas se han convertido en una herramienta de gran importancia dentro de nuestro día a día puesto que nos brindan acceso a nuestro correo electrónico corporativo, nuestros archivos en Dropbox, las publicaciones de nuestros amigos en Facebook o las peticiones de conexión que recibimos a través de LinkedIn. Teniendo en cuenta la cantidad de datos de carácter personal y profesional que podemos almacenar en nuestros dispositivos móviles, es de vital importancia preservar esta información para que no sea accesible por terceros (con no muy buenas intenciones).

Hace unos meses, durante un viaje en tren, me llamó poderosamente la atención la persona que iba sentada justo delante mía puesto que, durante un rato, estuvo utilizando la aplicación Android de su entidad bancaria e intercambió varios mensajes vía WhatsApp usando un terminal que la única "medida de seguridad" que tenía era el bloqueo del teclado (ni usaba contraseña ni tampoco un patrón de desbloqueo). Casos como éste, desgraciadamente, se dan con demasiada frecuencia y, si no ponemos las medidas adecuadas, el riesgo de fuga de información a través de nuestros dispositivos móviles puede ser alto.

¿Y qué podemos hacer para mejorar la seguridad de nuestros dispositivos móviles? Ser conscientes de la información que almacenamos es un primer paso para abrazar algunas buenas prácticas que redunden en una mejor protección de la información que almacenamos en nuestros smartphones y tabletas y, además, nos ayude a prevenir cualquier tipo de malware o intento de fraude.

Bloquea el acceso al terminal

Una de las "malas prácticas" que hemos comentado al inicio es de la ausencia de una contraseña que evite que un tercero acceda a los datos de nuestro teléfono (que van desde los correos electrónicos personales y/o profesionales hasta documentación de carácter confidencial).

El bloqueo del teclado no aporta ningún tipo de protección al terminal del usuario más allá de evitar que se realicen llamadas de manera accidental por mantener los terminales en el bolsillo y, para garantizar la confidencialidad de nuestra información, es importante configurar la introducción de una contraseña (numérica en iOS y alfanumérica en Android) o mediante el dibujo de un patrón visual en los terminales Android.

En estos casos es importante huir de las "contraseñas obvias", es decir, patrones numéricos asociados a nuestra fecha de nacimiento (día y mes o año) o cualquier otra secuencia que pueda resultar familiar a un tercero.

Revisa bien las aplicaciones que instalas

En el caso de dispositivos Android, que son los que permiten la instalación de paquetes de aplicaciones de manera directa o de repositorios fuera de Google Pay, es de vital importancia mantener control sobre lo que instalamos.

¿Y para qué mantener el control? El market oficial de Google (Google Play) incluye mecanismos de control con los que luchar contra el malware. Es importante, antes de instalar una aplicación, echar un vistazo a los comentarios que han dejado otros usuarios y, sobre todo, los permisos de acceso que la aplicación requiere (por si éstos son excesivos y pretenden acceder a más datos de los necesarios).

Fíjate en los pequeños detalles

Con las prisas no es raro que leamos algunos mensajes "en diagonal", es decir, sin prestar demasiado atención a los detalles. Entre los mensajes que recibimos, seguramente, encontraremos URLs que nos invitan a visitar y que, en el caso de estar ante un correo malicioso, tendrán cierto parecido a páginas web de referencia (como Google) o que, mientras navegamos, encontremos este tipo de URLs tan singulares.

Ante este tipo de casos lo mejor cerrar la página web que estamos visualizando o borrar el mensaje que estamos leyendo porque, lo más seguro, es que se trate de una página web o un correo malicioso.

Actúa en caso de pérdida o robo

Teniendo en cuenta que pasamos un considerable número de horas al día pendientes de nuestro smartphone, no es nada raro que nos lo olvidemos en la mesa de un restaurante o cafetería, en un taxi mientras estamos pagando la carrera o que, en un descuido, un "amigo de lo ajeno" nos lo robe.

En estos casos, además del fastidio por la pérdida de datos (documentos, imágenes, anotaciones, etc), nos podemos encontrar ante un problema si nuestro terminal no estaba bloqueado y lo suficientemente protegido (copias de seguridad de los archivos). Una manera de evitar el robo de información e, incluso, intentar recuperar nuestros terminales es mediante aplicaciones como Prey (disponible tanto en iOS como en Android) con la que podremos manejar la cámara del terminal de manera remota o formatearlo a distancia.

No te acuerdes del backup cuando sea tarde

Dentro de las buenas prácticas es casi obligatorio hablar de los backups del contenido de nuestro dispositivo móvil. Aunque pongamos empeño en cuidar nuestros dispositivos y evitar que se mojen o se estampen contra el suelo, nuestras tabletas y smartphones pueden averiarse o podemos perderlos (sin posibilidad de recuperarlos), por tanto, es recomendable realizar periódicamente copias de seguridad e incluir esta práctica dentro de nuestra rutina.

Dependiendo de nuestra dinámica de trabajo y uso, es decir, la frecuencia con la que cambian los datos almacenados en nuestro terminal (mensajes, contactos, etc), tendremos que ajustar en consonancia la frecuencia con la que realizaremos las copias y, de vez en cuando, tal y como hemos comentado alguna que otra vez, comprobar que las copias se realizan correctamente y que éstas funcionan.

En el caso de disponer de un terminal con iOS, las copias de seguridad las realizaremos mediante iTunes, con BlackBerry Desktop Manager podremos hacerlas en el caso de disponer de un terminal BlackBerry (o con la aplicación BlackBerry Protect) y en el caso de Android (además de las aplicaciones de gestión de los distintos fabricantes) aplicaciones como Super Backup, SMS Backup+ o Backup Master pueden echarnos una mano.

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