A mediados de julio saltaba la noticia de que Amazon iba a entrar directamente en el mercado de las tabletas con una nueva propuesta: Kindle Fire. Sin duda, era una noticia que recogíamos con cierta expectación ya que el sistema operativo elegido para la ocasión había sido Android, del que mucha gente duda que pueda plantar cara a iOS y al, de momento, rey del mercado: Apple y su iPad.

Además anunciaba una nueva gama de ebook readers Kindle, y hoy sabemos que el barato, que se pondrá a la venta próximamente, podría tener un coste de fabricación mayor que el precio de venta, estipulado en 79 dólares americanos. Concretamente se habla de un coste de 84 dólares y 25 centavos, es decir, Amazon estaría perdiendo aproximadamente 5 dólares con cada unidad vendida.

¿De verdad? Bueno, aunque se confirmara que estos datos son ciertos, Amazon no estaría perdiendo dinero. Es una cosa que hemos repetido muchas veces. La verdadera estrategia de Amazon viene con los beneficios por la venta de libros electrónicos, algo en lo que lidera holgadamente el mercado. Ofrecer un dispositivo lector asequible no es más que una forma de incentivar a su compra y de ganar potenciales compradores de libros. No recuerdo ahora mismo cual es la media de títulos que compra cada usuario de Kindle, pero el beneficio está claro.

Además, un alto número de ventas propiciaría que a la larga bajaran los precios de fabricación, a lo que hay que sumar que las pérdidas no son tan grandes y que lo normal es que aunque no se vendieran muchas unidades, según pase el tiempo los componentes bajen por si solos. Sin duda, un dato curioso, y ¿Un nuevo acierto de Amazon?

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