Una vez que nueva Zelanda ha puesto en marcha la nueva ley para erradicar la piratería en la red, la denominada como 3 strike, la segunda ISP en importancia del país ha lanzado un comunicado contra la legislación. En palabras del CEO de TelstraClear, Allan Freeth, "castigar a los consumidores no es la respuesta, son los modelos de negocio los que deben cambiar".

La nueva ley es una copia con variaciones de la legislación aplicada en Francia conocida como Hadopi. Un sistema por el cual se envían hasta tres cartas de aviso a los posibles infractores de los derechos de autor, finalizando la tercera con una penalización donde los titulares de derecho podrán llevar a los titulares de las cuentas en Internet a juicio con multas de hasta 15.000 dólares además de la desconexión.

La ley entrará en vigor el próximo 1 de septiembre aunque actualmente se ha iniciado con un modo de supervisión para las redes P2P. Desde que comenzará la propuesta ha sido muy polémica, ya que un cable de WikiLeaks reveló que el origen venía dado como "recomendación" de los Estados Unidos, al igual que lo hiciera la Ley Sinde.

El mensaje del CEO de la ISP es bastante certero en cuanto a la necesidad de modificar otros aspectos fuera de las regulaciones que nos encontramos actualmente. Habla de un cambio, respetando los derechos de autor, que debería llegar desde los viejos modelos de negocios, quienes miran a otro lado sin pensar en el ciudadano y los cambios en la sociedad. Les dejo con parte de la brillante exposición:

TelstraClear respeta los derechos de autor y apoya la capacidad de los propietarios de los derechos para obtener el valor de su propiedad intelectual. Sin embargo, un modelo de negocio está apoyado por una legislación defectuosa que debe cambiar

Ni aún con los tres avisos la legislación va a producir el fecho deseado por los titulares de derechos de autor. Es posible que los padres presten más atención a lo que hacen sus hijos en la red, y eso es algo bueno, pero no va a detener a aquellos que realmente desean conseguir un contenido.

El problema no es tanto frenar la piratería por la fuerza, sino darle a los clientes el contenido que desean. En una encuesta que realizamos a nuestros clientes, estos se mostraron cansados de tener que pagar demasiado por unos contenidos que llegaban tarde.

Esta es la opinión de la generación de ahora, no de la generación que creció con una televisión. Como hemos dicho, respetamos los derechos de autor, pero también respetamos las necesidades de nuestros clientes y en la actualidad se les niega la libertad de elegir por culpa de los viejos modelos de negocio.

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