Os hemos hablado de estas prácticas legales en Estados Unidos en más de una ocasión, aunque quizá este caso tenga una serie de connotaciones que vienen a demostrar lo irracional de las mismas. Una anciana jubilada de 70 años que dice desconocer siquiera la palabra BitTorrent ha recibido recientemente una carta de los titulares de derechos de autor. En la carta se le acusa de compartir porno en BitTorrent y se le ofrece dos "posibilidades": un juicio completo que podría costarle un montante de 150.000 dólares, o bien, un "acuerdo" de pago sin juicio por 3.400 dólares.

El caso no es nada nuevo y no es una práctica limitada a los Estados Unidos, sin ir más lejos, Alemania es uno de los países europeas que más "demandas" de este tipo ha realizado en los últimos años, más de cuatro millones. Conocido como copyright trolling en el sector de las copias online, esta tendencia que se ampara en la legalidad del sistema de propiedad intelectual convierte el sistema legal en un modelo de negocio. Saben que la gran mayoría de usuarios acabarán pagando este "impuesto", más barato que todo un proceso judicial. Un gran negocio con el que lucrarse extorsionando con la posibilidad de medidas más drásticas.

Sólo en Estados Unidos y desde el 2010 han habido decenas de miles de personas demandadas bajo ésta práctica, acciones por el intercambio de películas en las redes P2P sin el consentimiento de los derechos de autor.

Para desmarcarse y no estar en primera línea, estas demandas no son llevadas directamente por los titulares de derecho de autor, sino que contratan a otras firmas de abogados para llevar a cabo las acusaciones, La forma es siempre es la misma y con el mismo objetivo. No se busca acabar en un juicio ni emprender acciones legales, lo que se busca es que se pague la "indemnización". El resultado suele ser un negocio redondo, ya que el usuario se ve amenazado de manera individual ante un juicio que posiblemente no pueda costearse.

En el caso que nos ocupa existen una serie de condicionantes que parecen dar con un acusado que pudiera ser inocente. El caso está siendo estudiado por varias asociaciones para defender a la anciana. Esta mujer jubilada ha sido acusada de compartir películas porno usando BitTorrent, un término que la anciana asegura desconocer. La trama la ha destapado el periódico SFGate, quién se ha puesto en contacto con la anciana dándole voz a su situación y esperando que pueda conseguir dinero o ayuda para financiarse una defensa. Según el SFGate y tras entrevistarse con la señora:

El caso suena a extorsión. Habría que investigar por qué le ha ocurrido esto a la señora, pero si Sony o el mismo Pentágono han sido hacheados, ¿qué posibilidades existen de que a esta señora no le hayan usurpado su red inalámbrica?

Bajo el prisma de las sociedades y titulares de derechos, el caso de esta mujer es uno más entre los cientos de miles. Una vez que obtienen pruebas de los supuestos usos ilícitos en la red, se envía la carta y pasas a ser un número en la lista, no hay diferencias entre un caso u otro. A partir de ahí, es la propia persona la que tiene que demostrar que es inocente o pagar el "acuerdo razonable". Un negocio el de las demandas especulativas de lo más lucrativo.

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