En los últimos tiempos, varios gobiernos intentaron controlar Internet, ya sea como parte de un régimen dictatorial (por ejemplo, en China o con la idea de resolver problemas de seguridad (como propuso Obama). Pues ahora, la Policía danesa acaba de sumarse a este tipo de propuestas, recomendando que el Gobierno de Dinamarca prohiba el uso anónimo de la red.

El fundamento es que, al tener identificado a cada navegante, será más fácil combatir el terrorismo online. Por ello, un grupo de trabajo está preparando una iniciativa para llevar al Parlamento, donde los ISP y otras compañías deban solicitar un documento de identidad antes de permitir el uso de Internet. Al mismo tiempo, será necesario conservar un registro de los usuarios y ponerlo a disposición de las autoridades.

¿Qué pasa si alguien quiere conectarse desde un cibercafé, biblioteca o cualquier red abierta? En ese caso, habrá que identificarse con un código personal. De esta manera, la Policía o sus servicios de Inteligencia sabrán quienes están conectados y desde dónde, así como probablemente qué sitios visitaron.

Naturalmente, esto afecta al derecho a la privacidad que tiene cualquier ciudadano, y no garantiza que se haga un uso correcto de los datos obtenidos. Asímismo, puede llevar a situaciones como la censura, porque toda opinión publicada en cualquier sitio podría ser monitorizada por el Gobierno.

Por eso, si bien esto se plantea como una herramienta más para luchar contra los ciberdelincuentes, lo cierto es que también implica el riesgo de abusos. Y eso, cuando en el medio está la libertad de expresión, es un gran problema: una cosa es que uno revele su verdadera identidad por decisión propia y, otra muy distinta, es estar obligado a hacerlo.

Foto: IISD

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