El gobierno francés, con el presidente Sarkozy a la cabeza, tiene cierta fijación en Internet y en la recaudación de su hacienda pública. Ya en diciembre anunciaron la imposición de una tasa vinculada a la publicidad online y, aún así, siguen empecinados en una regulación para Internet, de hecho, Sarkozy espera dar el pistoletazo de salida en la próxima cumbre del G-8, en la que ha organizado una reunión con las principales compañías de la red en busca de un acuerdo para regular tasas, impuestos y, por tanto, consensuar las líneas principales de esa ansiada regulación.

Francia ya ha dado los primeros pasos en la materia y además de imponer la tasa de publicidad desde el 1 de enero, ha creado el Consejo Digital Nacional, un órgano con carácter asesor compuesto por 18 miembros cuyo cometido es asesorar al gobierno francés en cuestiones relacionadas con Internet. De hecho, durante la presentación de este nuevo organismo, el presidente de la república francesa comentó que una de las primeras acciones a discutir sería la tributación digital de las compañías de Internet más grandes, como Google. Tal y como lo ve Francia, que las compañías de Internet operen en su territorio pero tributen en otros países no les parece justo y quieren ver algo de ese flujo de capital en sus arcas:

Entre esto y un nivel de impuestos que penalizara la creación de nuevas empresas de Internet [...] entre el todo y la nada, ¿no podríamos llegar a un compromiso?

Así que aprovechando que en Francia ya han puesto la maquinaria en marcha, Sarkozy quiere extender este modelo de recaudación al resto de naciones o, al menos, obtener el respaldo del resto de países miembros del "selecto" club:

Antes de la cumbre de Deauville, el 24 y 25 de mayo, nos reuniremos en París con representantes eminentes del mundo de Internet, que participarán en una reunión del G-8 colaborando en los debates entre los jefes de Estado y de Gobierno

¿Y a qué se debe este interés en las compañías de Internet? Básicamente el motivo es similar al que comentábamos el otro día cuando hablamos de los operadores, ya que Francia ayuda a financiar la infraestructura de las telecomunicaciones, por lo que también, al igual que los operadores, quiere sacar tajada e imponer peaje a las compañías de contenidos.

El presidente, personalmente, ha invitado a los representantes de algunas de las compañías más importantes en cuanto a contenidos se refiere, sin embargo, no han trascendido nombres. No sé yo si las compañías estarán muy dispuestas a escuchar las propuestas de control financiero de los gobiernos pero, como viene siendo habitual, la obsesión por el control de la red de los gobiernos parece no tener fin.

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