Apenas han pasado tres semanas desde que Google lanzase, durante el Google I/O, la beta de Google Music, su servicio de almacenamiento en la nube destinado para guardar los archivos musicales de los usuarios y, lógicamente, tener acceso a éstos desde cualquier cliente y ubicación. Aunque esta beta está cerrada a Estados Unidos, muchos usuarios se quejaron que con este servicio, únicamente, se podían acceder a canciones que los mismos usuarios subiesen con lo que, después de tanta expectación, el servicio decepcionaba un poco. Con la idea de darle un nuevo giro, parece que Google estaría a punto de pagar más de 100 millones de dólares a las grandes discográficas para darle un impulso a Google Music.

Cien millones de dólares serían la clave para que Google cerrase un acuerdo con las grandes compañías de discos, algo que no pudo lograr antes de lanzar la beta de servicio porque las discográficas acusaban a Google de mantener la piratería, por ejemplo, en los contenidos que se alojan en YouTube. Esta masa de dinero, que no es nada despreciable, podría hacer que Google Music se posicionase muy bien en Estados Unidos, sacándole una gran ventaja a Spotify que, dado su tamaño, no podría permitirse un pago por adelantado de este calibre.

Según se comenta, Warner Music, durante las negociaciones, habría intentado que Google fijase una cuota de suscripción de 30 dólares anuales, sin embargo, los de Mountain View querían que los usuarios pudiesen probar el servicio (hasta 500 canciones) sin tener que pagar nada. En vista del desacuerdo, Google lanzó la beta de su servicio sin licencia de las discográficas y haciendo que los usuarios tuviesen que cargar sus canciones.

El panorama de la música en la nube está muy disputado, grandes actores como Amazon o Google se ven amenazados por Apple, cuyo iTunes en la nube contaría con acuerdos cerrados con tres de las cuatro grandes compañías discográficas. Está claro que el mejor servicio será aquel que permita que los usuarios accedan a sus canciones y, además, puedan acceder a otras desde cualquier ubicación y dispositivo. Lógicamente, la primera compañía que lo logre, con el mayor catálogo de canciones posible, será la que mayor probabilidad de éxito tenga y, por tanto, captará la atención de un mayor número de usuarios.

¿Google, Amazon, Apple o Spotify? Sea quien sea, primero tendrá que obtener el visto bueno de la discográficas, es decir, que la primera en llevarse el gato al agua será la que negocie el contrato que haga que los sellos musicales ganen más dinero.

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