Esta es una de esas historias que tendría su gracia si no fuera porque en el medio ha quedado una joven banda en mal lugar. Tal y como muestran en Boing Boing, la CRIA, encargada de los cuatro discográficas más importantes de Canadá, llevó a cabo un balance anual sobre el copyright en el país, basándose en el propio engaño de unos datos en BitTorrent que resultaron ser spam.

El resultado es una muestra más de lo terriblemente estúpido que es intentar inflar cifras o sacar datos para constatar algo que no existe. Internet no está matando a la música. Esta historia rocambolesca comenzó cuando Cameron Tilbury, manager de una banda canadiense llamada One Soul Thrust, buscó a través de Google el número de referencias de descargas BitTorrent que se hacía al reciente álbum debut del conjunto.

Tilbury colocó en la web de la banda un enlace que llevaba a unos cifras astronómicas para un grupo que está empezando. Según el mismo, hasta 100.000 personas se encontraban activas en las descargas del álbum. El único problema (que el manager no sabía) era que estaba enlazando a LimeTorrents, una página que realmente muestra resultados falsos, ofreciendo siempre los mismos datos, es decir, 100.000 personas descargando la búsqueda que hayas solicitado. Como decía, estos resultados eran del todo extraños para una banda que contaba con 176 seguidores en Twitter y un único vídeo en YouTube con 79 visitas.

La historia entonces fue recogida por la CRIA (Canadian Recording Industry Association), asociación que representa a las cuatro principales discográficas internacionales en Canadá. En base al mismo, llevaron a cabo un informe anual bajo el título de "Balance de los derechos de autor para Canadá".

La noticia corrió como la pólvora y la CRIA ponía una vez más el énfasis sobre el daño que le estaba haciendo las P2P y la mal llamada piratería a las jóvenes bandas, quienes (basados en estos datos) antes de empezar ya están "pagando" los daños de la red. Finalmente desde TorrentFreak se descubrió la "trampa" y la CRIA quedó en un situación lamentable al difundir unos datos erróneos y marcando a un grupo. Una acción de lo más irresponsable y ridícula.

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