Es normal que en una empresa que cambia a su máximo directivo, poco a poco, se vayan notando algunos cambios y, lógicamente, Google no iba a ser menos. Han pasado unas dos semanas desde que Larry Page asumió el control de la compañía en sustitución de quien la dirigió durante diez años, Eric Schmidt y hemos podido asistir a algunos movimientos que hacen ver que las cosas van a cambiar algo en Mountain View: reestructuraciones en el equipo directivo, mayores competencias o cambios en la política de incentivos, es decir, Google se está preparando pero ¿para qué? ¿Acaso Google va a pasar a una estrategia algo más agresiva?
Bueno, si nos paramos a pensar en algunos detalles de los movimientos de las últimas semanas, parece que Google se esté preparando para pasar a la ofensiva y, por tanto, tener una actitud algo más agresiva que en la era de Eric Schmidt. Para empezar, la reestructuración del equipo directivo es una apuesta por devolver a Google ese espíritu innovador, por eso ha ascendido a los ejecutivos con mayor proyección a la dirección de sus áreas de negocio. Además, las ha dotado de mayor autonomía y mayor margen para correr riesgos, intentando, así, abandonar la gestión conservadora.
¿Correr riesgos? ¿Espíritu innovador? ¿Acaso Google no ha realizado aportes innovadores en estos años? Nadie puede dudar que Google no ha apostado por la innovación durante la época de Schmidt, de hecho, se ha consolidado como indiscutible líder en el mundo de las búsquedas, de los mapas y crece a pasos agigantados en el sector del correo electrónico. Sin embargo, si hay un producto revolucionario y que, prácticamente, se ha consolidado en muy poco tiempo como líder es Android. Android es el modelo que el nuevo CEO quiere extender al resto de su compañía, un producto que, de manera autónoma, ha crecido a un ritmo de vértigo en apenas tres años de vida.
En esta nueva época, Google no busca aumentar distancias en líneas de negocio en las que ya es un líder indiscutible, que, básicamente, ha sido la política de Schmidt, lo que se busca es liderar nuevos segmentos y, por tanto, abrir nuevas líneas de negocio. Prueba de esta búsqueda de nuevas líneas de negocio ha sido el, sorprendente, anuncio relacionado con las retribuciones y los incentivos.
Si había un segmento en el que Google no era líder, de hecho, era más bien todo lo contrario, era el de las redes sociales y el mundo de la web social: Google Wave no cuajó, aunque era un gran producto, Google Buzz fue un experimento que tampoco llegó a convencer y, hace poco, lanzaron Google+1, su botón al más puro estilo "me gusta" de Facebook. Google quiere buscar un nicho de mercado en el mundo de la web social y, para ello, quiere aplicar la evangelización interna, por tanto, los incentivos de los empleados dependerán del éxito que tenga la compañía en su estrategia dentro de la web social.
¿Tiene sentido ligar el 25% de los incentivos a los productos sociales de Google? Visto el historial de la compañía, la verdad es que no me extraña el enfado, extraoficial, de alguno de los empleados. Pero de todo esto podemos sacar en claro que en esta nueva era de la compañía, Facebook parece ser el nuevo enemigo a batir. ¿Cómo batir al invencible Facebook? Aún es pronto para contestar a esta pregunta pero, poco a poco, Google ha ido sembrando un caldo de cultivo interesante entre el desarro de servicios o la adquisición de empresas, por lo que, quizás, a medio plazo, puedan sorprendernos con algún producto que intente plantarle cara a la red social de Mark Zuckerberg.
¿Logrará Google liderar ese segmento "que le falta" para completar el círculo? Complicado es saberlo, a día de hoy, yo no apostaría por ello, creo que es complicado ser bueno en todo lo que haces y, si echamos un vistazo a la trayectoria de Google en aplicaciones sociales, la historia no habla muy a favor de la compañía en este campo. Sin embargo, parece ser que en la era de Larry Page, tener éxito en el mundo de la web social se ha convertido en un objetivo estratégico para la empresa.
La ofensiva de Google se acerca.