"Allá donde no llegue el hombre, llegará la nube". Esto es más o menos lo que nos viene a decir el último presupuesto de Darpa. En dicho documento se revela un nuevo proyecto basado en la construcción de dos nuevas herramientas que conseguirían llevar la computación en la nube en los lugares más remotos del planeta, y evidentemente con un enfoque muy claro, que el ejército disponga de Internet y establezca puntos de acceso inalámbrico móvil en cualquier lugar por muy alejado o abandonado que esté.

Dos nombres, Cloud to the Edge y Mobile Hot Spots, ambos programas sobre los que se sustenta esta operación avanzada y cuyo fin no es otro que conseguir que las tropas que se encuentren en movimiento, cualquiera que sea la ubicación, permita el envío de grandes datos aún en terrenos donde no circule la red. Hace unas semanas os hablábamos de la capacidad del ejército norteamericano para conseguir Internet en lugares donde se hubiera "cortado", aviones sin tripulación en cuyo interior montarían torres celulares que producirían conectividad sobre un terreno determinado.

Cloud to the Edge es el programa que imitaría de alguna manera a las herramientas de Google con el que se crearía la "nube militar". Sería el espacio donde se albergan los datos. En este caso, el presupuesto aportado por Darpa no aporta ninguna cifra al programa, aunque también podría ser porque el proyecto es tan ambicioso que no serviría de mucho sin antes probar su viabilidad. Pensemos que no sólo se trata de la construcción de un almacenamiento de datos en servidores distribuidos, sino que además, se trata de minimizar la interacción humana en la recuperación de datos y que de forma autónoma se busque información y se envíe a donde se necesite.

El segundo programa, Mobile Hot Spots, sería la forma en la que Darpa llevaría la conectividad a cualquier lugar en el que se encuentren las tropas y necesiten compartir archivos de datos grandes. En este caso, sí se ofrece presupuesto (10 millones de dólares). Una tecnología móvil que multiplicaría a la existente actualmente, explotando los avances en alta frecuencia, paradigmas de seguridad con RF, ondas milimétricas o transmisión óptica.

En todos estos datos queda muy claro que el Pentágono siempre trata de conseguir ir un paso por delante de la tecnología actual y "comercial" de la que disfrutamos todos. Si tenemos en cuenta el presupuesto del que dispone Estados Unidos para los organismos militares y la Seguridad Nacional cada año, estos proyectos cobran más sentido. Por ahora, y hasta que el estudio avance más, desde Darpa invertirán en el análisis de los patrones de flujo de información a través de una red regional y localizada mientras se escribe el software para la difusión de datos distribuidos. Quizá uno de los principales problemas a los que se enfrenta una tecnología así tenga que ver con la seguridad antes de poder activarla. Hablamos de guerras, espionaje o zonas conflictivas donde la información es el elemento clave.

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