El miércoles comenzábamos la mañana con el anuncio de Google de eliminar de el soporte del códec de vídeo H.264 en Google Chrome, su navegador. ¿La causa?, oficialmente, Google dejará de dar soporte de manera nativa H.264, un códec muy extendido, que proviene de la Motion Pictures Experts Group (MPEG-LA) y que es propietario, para fomentar códecs abiertos y libres, como por ejemplo, WebM (que el propio Google impulsa) o Theora. De esta forma, Chrome, y por tanto Google, apostarían por códecs abiertos para a incrustar o insertar videos en HTML5.

Y claro, cuando un grande como Google hace esta jugada, un usuario como yo se queda bastante perplejo puesto que, aunque H.264 sea propietario, está muy extendido en uso y es un códec de lo más habitual, es como si ahora nos dicen que VLC o Winamp, por citar dos ejemplos, dejan de soportar el formato MP3 porque proviene de patentes de Thomson Multimedia y el Fraunhofer IIS...

Y es que, realmente, esto no tiene mucho sentido, o al menos yo no se lo veo. Se supone que con esta apuesta, Google estaría dando su apoyo a los desarrollos abiertos, cosa que me parece muy bien, sin embargo, Chrome soporta de manera nativa el flash, que es un formato propietario, algo que por ejemplo, Apple no hace. De hecho, si nos fijamos en las tres grandes del sector, no hay quien se aclare: Google apoya el flash y los códecs abiertos (¿doble moral?), Microsoft apoya el H.264 y Apple es anti-flash, en fin, que a este paso, los desarrolladores ¡van a tener que hacer una versión de web para cada navegador!.

Pensando mal, cualquiera podría decir que esto es un pulso entre las grandes, básicamente, para posicionarse en contra de la competencia, es decir, contra Apple por el flash y contra Microsoft por el H.264, para así intentar estandarizar el soporte de vídeo en HTML5 de manera que Google se beneficie. ¿Y cómo hacerlo?, pues por lo que se ve, forzando la máquina para que se usen códecs abiertos: su WebM y Theora, que es el que usan Firefox y Opera, de esa manera, el códec más extendido terminará imponiéndose al resto como estándar de facto, aunque para eso, el número de usuarios de Chrome, Firefox y Opera debería superar a los de Internet Explorer y Safari, algo que aún no pasa.

De todas formas, aunque parezca una lucha de empresas, la decisión de Google parece tener, además, cierto trasfondo económico, algo que tiene mucho más sentido que el repentino "golpe de timón de Google" por apoyar lo libre. Si pensamos en vídeos en Internet, a todos nos viene a la cabeza YouTube y claro, si algo tiene YouTube es que admite, prácticamente, cualquier formato de vídeo y resolución, algo que es muy costoso, tanto en procesamiento como en infraestructuras, costes de explotación que podrían disminuirse si se redujese el número de formatos a reproducir.

Microsoft sí que se ha pronunciado ante este movimiento de Google con tono bastante irónico. En una carta titulada "Carta Abierta al Presidente de los Estados Unidos de Google", Tim Sneath nos viene a decir que esta apuesta de Google por los formatos abiertos, en detrimento de los más populares, es como dar soporte al idioma esperanto y no hacerlo del inglés.

La verdad es que el tema de los códecs es complicado, porque muchos están sujetos a patentes y a restricciones de empresas, por lo que son un campo de minas que cualquier día puede explotar si a alguna de las empresas propietarias le da por cobrar un canon por el uso de los mismos. Así que, por un lado, es interesante esta independencia de patentes y licencias, sin embargo, el apoyo manifiesto de Chrome a Flash termina por invalidar esta tesis, o al menos, es la sensación que tengo.

En fin, parece ser que acaba de empezar la batalla por el códec de vídeo a soportar en HTML5, Microsoft, Apple y Google frente a frente, ¿quién será el juez de esta batalla?, pues me temo que el W3C, así que me temo que esta historia no ha hecho nada más que empezar.

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