Si bien Facebook protagonizó numerosas polémicas relacionadas con la privacidad, por lo general no estaban relacionadas con datos verdaderamente sensibles. Pero esto puede cambiar con la última novedad del sitio: la posibilidad de compartir nuestro número de móvil o la dirección postal con las aplicaciones que utilizan la plataforma.

Como explicó la compañía, cualquier usuario podrá permitir el acceso a esta información con sólo otorgar el permiso en la pantalla de autorización que ya conocemos. A diferencia de otras opciones, donde también se comparten datos similares de amigos, en este caso es exclusivamente para los almacenados en nuestra cuenta.

Un posible uso sería la creación de plataformas de comercio electrónico, donde prácticamente no haría falta rellenar formularios, como si utilizáramos las distintas extensiones que los completan por nosotros (por ejemplo, Roboform. De hecho, la red social lanzó un plugin que cumple esa función, aunque esta novedad es claramente un paso más.

El problema es que Facebook *está afectado por el malware***, a través de aplicaciones maliciosas que hacen spam o facilitan el robo de identidad. Si a esto le sumamos el dato sobre dónde vivimos y un método de contacto tan directo, hoy en día es como echar combustible al fuego.

Por estos motivos, desde hace tiempo creo que es necesario mejorar el mecanismo de autorizaciones y ofrecer controles más granulares. El año pasado, la compañía hizo un gran trabajo en ese sentido, indicando claramente qué compartimos y haciendo más amigable la posibilidad de revocar permisos. Sin embargo, en esta ocasión deberían redoblar los esfuerzos.

Quizás la solución más inmediata, también sea muy antipática: que Facebook autorice previamente a los desarrolladores para utilizar estas nuevas opciones. Esto siempre estará sujeto a arbitrariedades, como pasa muchas veces con App Store de Apple, pero otorgaría un mayor marco de seguridad, evitando que proliferen aplicaciones con el único objetivo de recopilar estos datos.

Tampoco debemos olvidar que hay una responsabilidad de nuestra parte. Es habitual aceptar cualquier pantalla, porque una herramienta nos despierta mucha curiosidad, como averiguar quién visitó el perfil. Además, quien ingresa su teléfono o domicilio real en Internet, debería saber que se expone a potenciales problemas en el uso de su información.

Por eso, aunque es positivo que se fomente la creación de nuevos servicios y más complejos, no debe olvidarse la privacidad y seguridad del usuario. Y en esos sentidos, pese a los avances, todavía queda un camino por recorrer.

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