Desde siempre ha sido algo habitual prestar libros (aunque a veces tengas el riesgo de perderlos); pero nunca ninguna editorial había estado en contra de que un lector que había comprado una novela se la prestase a algún amigo, bueno, si esto no se hiciera las bibliotecas públicas no tendrían sentido. Sin embargo, la llegada del libro electrónico, además de revolucionar el tradicional sector del libro y abrirle muchas posibilidades en la distribución de contenidos, prácticamente había matado la posibilidad del préstamo; ya que en el caso del Kindle de Amazon, no había forma (legal) de sacar los libros y pasárselos a otro usuario, básicamente nos tildaban de piratas.

Y claro, si compramos un libro electrónico y lo leemos, ¿qué hacemos con él?, pues básicamente no nos quedaba otra que guardar el e-book o dejarle a algún amigo el Kindle completo. Parece ser que Amazon se ha dado cuenta, al fin, que si únicamente se dedica a vender libros electrónicos que no pueden salir más allá de las fronteras del propio dispositivo lector, al final, los usuarios van a terminar recurriendo a la descarga P2P y a Calibre, así que, en un ataque de cordura (de esos que apenas vemos en las empresas) han decidido poner disponible un servicio de préstamo de libros entre usuarios.

Aunque el servicio tiene restricciones, la idea no es mala y me parece interesante. Para empezar, el servicio sólo está disponible para usuarios de Estados Unidos y el préstamo sólo tiene una validez máxima de 14 días, tiempo que puede ser suficiente si estás de vacaciones pero que se podría quedar bastante corto si te tienes que leer Los Pilares de la Tierra. Además, no todos los libros son susceptibles de ser prestados, ya que cada editorial es libre de decidir si su libro puede prestarse o no, lo cual es bastante discutible desde mi punto de vista.

¿Y cómo funciona?, pues tras pasar las restricciones del servicio, la dinámica sería bastante simple, ya que sólo habría que seleccionar el libro a prestar en nuestro panel de control en Amazon y elegir a qué persona queremos prestárselo. Además, tampoco hace falta tener un Kindle para leer el libro, puesto que podemos usarlo en cualquier dispositivo que tenga disponible la aplicación gratuita de Kindle, como por ejemplo, el navegador Google Chrome.

La idea me gusta, básicamente, me parecía algo lógico que, tarde o temprano, tenía que llegar, si bien está sujeta a demasiadas restricciones. Espero que extiendan el servicio más allá de las fronteras de Estados Unidos y, ojalá, los editores sean sensibles a esta nueva funcionalidad y se vayan sumando a ella. Las cosas están cambiando y los modelos de negocio también, por tanto, los sectores tradicionales, como las editoriales o la industria musical, deben adaptarse a los nuevos tiempos. Renovarse o morir.

Vía: DownloadSquad

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