¿La herramienta tiene la culpa de lo que hagan sus usuarios? Es la eterna pregunta que surge con las demandas que impulsa la industria musical. En esta ocasión, el sitio en problemas es MP3tunes, que llegó a juicio por supuestas violaciones de copyright, como parte de una demanda iniciada en 2007 por la discográfica EMI.

Para quienes no lo conocen, MP3tunes ofrece la posibilidad de guardar archivos musicales en línea y escucharlos en la web o sincronizarlos con otros dispositivos. Este se vincula con un motor de búsqueda llamado Sideload, donde es posible encontrar canciones en páginas externas o en los lockers que generan sus propios usuarios. Si algo nos gusta, podemos copiar el enlace en nuestras cuentas, no así el fichero.

Según declaró EMI en la etapa de escritos que terminará este miércoles, la combinación de ambas herramientas, permite que cualquiera encuentre temas protegidos por derechos de autor y los guarde de manera permanente. Pero de acuerdo con su fundador, Michael Robertson (quien ya pasó por esto con MP3.com, simplemente está ofreciendo a los miembros un espacio para material de su propiedad.

La historia es bastante clara en torno al propio almacenamiento. Tanto el DMCA como las legislaciones de varios países, admiten la copia privada. Aunque tienen matices, en líneas generales permiten crear copias para uso personal, sin fines de lucro, algo totalmente lógico para quien compra un CD y luego desea escuchar las canciones, por ejemplo, en su móvil.

Pero lo que despierta más polémica es el buscador. Al importar automáticamente los temas de MP3tunes y generar un índice con webs de terceros, EMI cree que pueden filtrarse ficheros que violan el copyright. Y de hecho, aparecen varios artistas representados por la compañía.

La cuestión es que Sideload cuenta con un mecanismo para denunciar irregularidades**, prometiendo la eliminación de los vínculos o archivos correspondientes. Esto es parecido a la política de YouTube, que le permitió ser absuelto en el juicio con Viacom, porque el juez consideró que se encuadraba dentro de las previsiones de safe harbour.

El pleito continuará en enero, cuando llegarán los alegatos en forma oral. Y aunque a mí me queda bastante claro que no se puede castigar a la empresa por lo que hagan quienes utilizan sus servicios, si ocurriera lo contrario, no sólo sería un enorme perjuicio económico para Robertson, sino que muchos buscadores y hostings estarían fuera de la ley.

Vía: Wired

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