Las administraciones públicas están, constantemente, recopilando datos (cartográficos, equipamientos, meteorológicos, etc) que pueden ser de interés para los ciudadanos o las empresas y que, teniendo en cuenta que éstos son oficiales, pueden suponer una ventaja competitiva para el tejido productivo, ya que le libera de la recopilación de los mismos y le aporta unos datos que se suponen veraces y, sobre todo, fiables. Parece ser que las administraciones están siendo sensibles con este tema y han decidido compartir parte de sus datos con la ciudadanía; lo cual es un movimiento es muy interesante y supone un primer paso para acercar la administración a los ciudadanos, fomentar la transparencia (los datos se comparten y son abiertos) y la participación, además de permitir que las empresas utilicen unos datos que pueden aportar valor a sus actividades.

Aunque pudiera parecer un hecho aislado, cada vez son más las administraciones, tanto en España como en resto del mundo, que están llevando a cabo iniciativas en este sentido, algo que en un futuro podría derivar en la interoperabilidad total entre las distintas administraciones públicas. Y es la meta de la interoperabilidad una de las demandas ciudadanas ya que no hay nada que fastidie más, a la hora de realizar un trámite, que tener que aportar documentación que la administración ya posee y que, si quisiera, podría compartir con otras administraciones públicas.

Interoperabilidad, apertura de datos, software libre, participación ciudadana, ¿son los ingredientes del llamado Open Government?

El Open Government (oGov) se caracteriza por el establecimiento de canales de comunicación directos con los ciudadanos. La administración pública mantiene un diálogo constante con los ciudadanos, oyendo sus demandas y necesidades, información que se torna en algo relevante a la hora de tomar decisiones. Además, a través de estos canales de comunicación, la administración pública comunica todo lo que decide y hace de manera abierta y transparente. Por tanto, los pilares del oGov podrían resumirse en: transparencia, participación y colaboración.

Me encantaría que el oGov no se quedase en una mera ilusión, de hecho, creo que es un interesante movimiento la apertura de datos, es un primer síntoma de que algo está cambiando.

Con respecto a la apertura de datos, volviendo al tema inicial, en el caso de España, este tipo de iniciativas ya están casi consolidadas a nivel local (el Ayuntamiento de Zaragoza o el Ayuntamiento de Gijón) y regional (Cataluña, Asturias o País Vasco) y, ahora, parece que va a arrancar a nivel estatal, con un borrador de decreto que hay en período de consulta pública, que proviene del plan Aporta. A nivel internacional, Estados Unidos y Reino Unido están a la vanguardia, aunque aún queda mucho por hacer, como podemos comprobar en el mapa que la Fundación CTIC ha publicado.

Todos estos datos se distribuyen bajo licencias de propiedad abiertas, permitiendo así su redistribución y su reaprovechamiento con fines comerciales, y se distribuyen en todo tipos de formatos, desde un RSS, hasta archivos más elaborados como el RDF y que abarcan información estadística, noticias, datos meteorológicos, turísticos, lingüísticos, datos del tráfico o relativos a trámites y procedimientos administrativos.

Espero que este tipo de iniciativas para reutilizar la información del sector público siga adelante, así podremos seguir asistiendo a la puesta en producción de portales públicos en los que se exponga información apta para ser reutilizada por los ciudadanos, las empresas y otras administraciones públicas; y con el tiempo, lleguemos a ver la implantación de módelos de Open Government que acerquen la administración a los ciudadanos y la hagan más participativa.

Imágenes: Open Data Euskadi y Digiphile

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