Entre tantos juicios que está sufriendo últimamente Rapidshare, esta vez la justicia falló a su favor. El Tribunal de Apelaciones de Dusseldorf revocó la condena de un juzgado de primera instancia por violaciones de copyright, en un proceso que comenzó con la demanda de la compañía Capelight Pictures, dedicada al negocio de alquiler de películas.

Rapidshare es un blanco muy atractivo para productoras, distribuidoras y entidades que protegen los derechos de autor, ya que los vínculos a ficheros protegidos alojados en su servicio proliferan por toda la red. Sin embargo, este juez consideró que la empresa no es responsable de las infracciones que cometen sus usuarios.

Uno de los argumentos para tomar esta decisión fue que medidas como el filtro basado en palabras clave, sólo logran traer más problemas por los riesgos de generar falsos positivos. En consecuencia, y al no poder revisar manualmente todos y cada uno de los archivos, se interpreta que no pueden hacer demasiado para evitar usos ilegales.**

Con esto queda claro que los jueces tienen opiniones encontradas sobre estas cuestiones. Por ejemplo, esta decisión también va en contra de otra sentencia condenatoria que lo obligó a tomar distintas iniciativas, como cierre de cuentas o envío de cartas con amenazas legales a quienes distribuyan enlaces a contenido pirata almacenado en el sitio.

En lo personal, estoy de acuerdo en que no hay que culpar a la herramienta, sino a quien la usa. Lamentablemente, los usos ilegítimos y la popularidad de estos sitios para esos fines, opacan a quienes los aprovechan para compartir material legalmente, en especial cuando cumplir las obligaciones que establece la justicia significa que terminan pagando justos por pecadores. ¿Existirá alguna vez un criterio único y una solución práctica para todos?

Vía: ALT1040

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