Por todos es de sobra conocido que si hay algo que Google cuida especialmente es a sus trabajadores. Aún así, parece que no están evitando que algunos ejecutivos y mandos intermedios se le vayan, atraídos por otros proyectos. Es el caso del director del departamento de publicidad, Tim Armstrong, y el directivo de publicidad online, David Rosenblatt.
Para evitar que esta epidemia se propague Google ha diseñado un algoritmo que detecta a los empleados descontentos. Lo que hará será "meterse dentro de la mente de sus trabajadores antes incluso de que ellos mismos sepan que se quieren ir", según ha mencionado el director de recursos humanos de la empresa. Lo que está por ver es qué hará la compañía cuando detecte a estos descontentos, ¿subirles el sueldo? ¿lavarles el cerebro?